
Sentir que has sido capaz de
conseguir un objetivo deportivo, yo que cada vez que tenía saltar el potro veía
el abismo de Helm al otro lado y teniendo en cuenta que me pasé odiando durante
años a un tal Cooper y su puñetero test, es un mini orgasmo, un triunfo
personal que nada tiene que ver con el trabajo ni con la familia, “mi tesoro
particular”
Todavía recuerdo cuando mi amiga
Miriam me llamó para comentar que se celebraría una carrera de la mujer en
Pinto (mi querido pueblo adoptivo) de 3 kilómetros.
-Venga, anda, se puede hacer
andando, no es tan duro, queda casi un mes, lo pasaremos genial, y después nos
tomamos unas cañas.....
Y es que es escuchar “cañas” y no
sé que es lo que me pasa que me apunto a un bombardeo.
20 días para la carrera, tengo
que engañar a alguien para que me acompañe y así lo hago, capto a mi compañera
de carrera Aurora para el evento del año...
Entrenamos unos cinco días antes
de la carrera, al principio sentía que era imposible, pensé en la retirada, 3 km ¿estamos locos? Pero poco
a poco descubrí que la mejora era diaria y que en el fondo muy en el fondo muy
muy muy en el fondo era una atleta por descubrir, a la que por cierto todavía
estoy buscando.
Y llegó el día, unas 300 mujeres
esperando la salida ¡qué nervios! ¡qué sensación! ¿dónde me he metido? ¿qué
necesidad tengo yo de hacer esto? pero si nos podemos tomar las cervezas igual
¿no? NO! Y suena el disparo de salida y allá voy, adelantado a señoras que
andan deprisa y que me doblan la edad y sintiendo el poder en mis zapatillas.
El primer kilómetro pasa relativamente rápido con la emoción del comienzo pero
hasta que llega el segundo... tengo la sensación de que en cualquier momento
puedo llegar a sufrir un infarto, pero pienso en las señoras que andan deprisa,
tengo que lograrlo. A golpe de zapatilla y sobre todo a golpe de corazón
conseguí cruzar la Meta, mi primer arco y aunque estuve a punto de vomitar, el
simple gesto de pasar por la línea de meta fue una sensación que me enganchó,
ese primer “chutemeta-running” que se repite en cada carrera desde este día,
porque yo me emociono siempre al conseguir mi objetivo, no solo hablo de
tiempos o de distancias, hablo del merito personal que tiene cualquiera que se
plantea un objetivo pequeño o grande, da igual puesto que es MI propósito, solo
mío.
Y es que mi deseo después de dos
años y medio sigue siendo emocionarme como el primer día al pasar por la
dichosa Meta.